La premura de Anselmo: en el nº4 de la Revista Kokoro (junio 2013)





Tan pequeños y desacertados, los trazos, en la mano, para el cruce de las vías donde se corte el aire. Tu premura Anselmo, tu premura escondida en la necesidad de la ceguera, quizás en ese revuelo, en el tuyo Anselmo. El cielo se cae de entre las manos, y descubres el poder de la rasgadura, de cualquiera de sus sinónimos. Estar cerca no es el espacio Anselmo, si te quedas en el centro lo entiendas, por el extremo que nos lleva y quién sabe si procurada también la premura que te tambalee. Anselmo tu premura y mi premura juntas crean el cielo, pero nuestro espacio crea solo nuestro espacio y nada ya te asegura la virtud. En tus manos la tela de los vestidos golpeados contra la piedra, olvidas Anselmo las rodillas de tu abuela hendidas junto a la tierra oyendo ciega el río con fuerza Anselmo regresas, las manos con fuerza golpean tu cuerpo contra las rocas para secar tus vestidos. Anselmo, tu necesidad y mi necesidad juntas no pueden crear el lenguaje. Con premura regresas a tu madre y olvidas los elementos, y qué está cerca y qué está lejos, para ti puede ser algo más que un absurdo paralelismo con la rasgadura. Por eso una piel que ves está dañada, por la premura del azogue, en el relato del tiempo y quién te diga “Anselmo, no te apresures”.




Imágenes: Anselm Kiefer, Lot's wife, 1989.
--------------  Die Woge, 1995.


Para leer más, seguir las huellas del oso: Revista Kokoro: Infancias.

martes, 4 de junio de 2013

Photo: Jonah and the whale, Pamplona Bible

Jonah, Pamplona Bible, Navarre 1197. Amiens, Bibliothèque municipale, ms. 108, fol. 146r .