La fatiga se extendía por sus extremidades prolongándose hasta el último cabello de su cabeza. Era un invierno extraño, la temperatura era fría, cortante, pero caían aún las hojas desde los árboles. En un último suspiro, su acompañante acertó a pronunciar una corta y extraña frase mientras contemplaba con la expresión cruzada aquel paisaje.
-Las hojas otoñales están más muertas que nunca.
Un suspiró salió de entre sus labios como una queja, o quizás reflejo del alivio. Todo estaba quieto, menos el tiempo.

domingo, 25 de enero de 2009

2 responses to

  1. Anónimo says:

    Ni sabía como se le había destartalado, pero no había otra que cambiarlo. No le extrañó el diagnóstico del joven concienzudo que lo examinaba tras el mostrador, ceñudo en su análisis, heredero de amor y respeto por las maquinas de precisión. Le propuso una disección completa y, si procediera, un reciclaje exhaustivo.
    -Relojes como éste ya no se encuentran. Es una pena, pero algo se podrá rescatar.
    Ella rehusó. Le pidió que pusiera el cuadrante en su sitio y que ajustara la corona, como quien maquilla y viste a un muerto con sus mejores galas. Él se encogió de hombros y le devolvió el reloj de corazón descuajaringado ostentando la dignidad y entereza de siempre.

    Y aun así, tú lo has dicho, "todo estaba quieto, menos el tiempo".

  2. Anónimo says:

    Ni sabía como se le había destartalado, pero no había otra que cambiarlo. No le extrañó el diagnóstico del joven concienzudo que lo examinaba tras el mostrador, ceñudo en su análisis, heredero de amor y respeto por las maquinas de precisión. Le propuso una disección completa y, si procediera, un reciclaje exhaustivo.
    -Relojes como éste ya no se encuentran. Es una pena, pero algo se podrá rescatar.
    Ella rehusó. Le pidió que pusiera el cuadrante en su sitio y que ajustara la corona, como quien maquilla y viste a un muerto con sus mejores galas. Él se encogió de hombros y le devolvió el reloj de corazón descuajaringado ostentando la dignidad y entereza de siempre.

    Y aún así, tú lo has dicho, "todo estaba quieto, menos el tiempo".

Photo: Jonah and the whale, Pamplona Bible

Jonah, Pamplona Bible, Navarre 1197. Amiens, Bibliothèque municipale, ms. 108, fol. 146r .