De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor y allí (pero es difícil verla, sólo las ratas la siguen para trepar a bordo) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hacia el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola.

Julio Cortázar

viernes, 29 de mayo de 2009

8 responses to

  1. Claudia says:

    Haciendo tangible la geometría, excepto los segmentos.

  2. Portinari says:

    ¿No te encanta este cuento?

  3. Claudia says:

    Sí. Cortázar es muy curioso (y a ver si dejo de emplear el adjetivo). Me encanta esa continuidad sin mácula y el toque final, tan discreto y elegante.

  4. Portinari says:

    Es muy bonito... me alegra que te guste, yo me enamoré de este cuento.

  5. Sí, sí, sí. Este es el mejor Cortázar. Con "El de la noche boca arriba", "Final de juego", "Queremos tanto a Glenda". No sé ... este hombre marcó toda mi adolescencia y el día que murió mi mamá me despertó con el diario en la mano y me dijo "vas a ponerte triste, muy triste". A Borges podés admirarlo, ante Puig o Arlt podés rendirte, pero de Cortázar te enamorás. Era altísimo y bello en todos los sentidos, con esa rrrrrrrrr que arrrrrrrrastraba cuando leía, es conmovedor escucharlo leer (pocos pueden leer así lo que escriben), es conmovedor su último libro escrito a dúo con su último gran amor, Carol Dunlop, los dos autonautas de la cosmopista. Cuando leíamos Cortázar y estaba vivo, Portinari, éramos jóvenes y teníamos sus mismos sueños. Nos dejó muy solos y yo me rebelo y estrangularía a la "joven guardia argentina" que pretende dejarlo atrás, cuando no puede ni siquiera escribir una sola línea que esté a su altura.

    Besos, descubridora de líneas.

  6. Portinari says:

    Ah Mariel! faltabas tú en esta entrada, cómo no!
    Me encanta tu sentir a Cortázar, cómo lo vives en cada letra.
    Yo nunca lo oí leer, pero lo buscaré y me acordaré de como te conmovías al describir el recitar de Cortázar.

    Me alegra que llenes de luz esta pequeña ventana.
    "Suena a lo lejos el sonido del barco del que habla Cortázar, y las líneas de la mano de un nño se pierden en la espesura del vapor que escapa de la chimenea."
    Un fuerte saludo, para que te llegue en ese vaor de barco.

  7. Tu ternura, Portinari, es estremecedora.

  8. Portinari says:

    El retorno a la ternura. Muchas gracias Mariel.

Photo: Jonah and the whale, Pamplona Bible

Jonah, Pamplona Bible, Navarre 1197. Amiens, Bibliothèque municipale, ms. 108, fol. 146r .