Gouache, F. KUPKA
"[...] En tercer término, la voluntad no es sólo un complejo de sentir y pensar, sino sobre todo, además, un afecto. [...]"
F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal
"[...] Digo esto porque el erotismo es, en sí mismo, deseo; un disparo hacia un más allá. [...] es ante todo sed de otredad."
O. Paz, La llama doble, amor y erotismo
12 responses to VOLUNTAD Y NECESIDAD (I)
Para un chamán, el afecto es su voluntad, con él puede dar el salto a lo inconcebible, pues traspasa el velo.
y el erotismo te puede llevar fuera de ti, algo a buscar.
un beso
Querida Portinari, de alguna forma la férrea voluntad termina convirtiendo la contingencia en necesidad... No sé si es lo que quería decir Nietzsche, aunque cuando se refiere al convertir el "así fue" en "así lo quise" de alguna manera termina diciendo algo así, o incluso invirtiendo los términos: hacer de lo que aparece "necesario" -la historia- un producto de nuestra voluntad. Una construcción libre, que es lo que siempre es aunque lo ocultemos apelando a fundamentos extra-sociales (Dios, la Naturaleza, incluso la Razón).
Voluntad y deseo, sin embargo, en algo se disocian: no todo deseo -sed de otredad- es voluntario y siempre mantiene una diferencia con la necesidad. El otro siempre es necesario; a veces, sin embargo, aparece ya no como deseado sino como antagonista.
En fin, mucho para seguir indagando.
Va un abrazo,
Arturo
Tula, como creo haberte comentado alguna vez, me gusta mucho eso que nos acercas y dice un chamán. Ese chamán.
El despegue. Y justo en eso pensaba. En todos esos hilos invisibles.
Saludos, Tula.
Sed de otredad, sed sin más.
¿Dónde el abrevadero?
Afilada como siempre, Portinari...
Sesuda entrada. Para no parar de indagar como dice Arturo.
Lo necesario es la voluntad. El otro debe ser voluntad no necesidad, erotismo no soledad.
Abrazo
Bataille decía que el erotismo es la reivindicación de la vida incluso en la muerte; no es contradictorio: disparo hacia el otro lado, hacia el otro. Devorar, sí. Nada más intenso que desear, me intriga ver que todas las religiones han ido contra el deseo y la materia. ¿Sintomático del miedo al otro, del miedo a la pérdida de la identidad?
Sin erotismo no existiría el ser humano...¿Cómo desear si no hay otro?
Arturo, ¡regresaste! :)
La férrea voluntad acaba convirtiendo la contingencia en necesidad, dices. Yo veo como mínimo dos voluntades: la del poder, y la del querer. Pensaba en esta última cuando hice la entrada, y ciertamente pienso como tú. De hecho, la frase de Paz la incluí por la proyección: digamos que la voluntad proyecta al individuo en un primer momento hacia la posibilidad.
Yo tampoco sé si realemnte sé lo que quiso decir Nietzsche, pero me vale para fabricar pequeñas escisiones; así, cuando comentas la transformación del "así fue" en "así lo quise" vuelvo otra vez a mi idea de la voluntad como máquina de desear, de proyectarse, que, en un primer momento, tiene que plantear una posibilidad para luego poder querer. Si la voluntad crea la necesidad o la necesidad la voluntad no sé hasta qué punto es la historia del huevo y la gallina (¿qué fue primero?).
En cuanto al deseo-voluntad-necesidad, como te decía antes, me parecen componentes de la misma cadena, al menos en este sentido.
Cuando hablamos de sed de otredad, yo incluyo también al antagonista, que asocia nuestros perfiles delimitándolos. Al final también es deseado por el no-deseo.
De lo que dices se puede sacar mucho hilo, gracias por lanzarnos la madeja al laberinto Arturo, y por regresar.
Abrazos.
Stalker, intuyo el abrevadero dentro de uno mismo; pero intuyo, intuímos, afilados.
:)
Leonardo, totalmente de acuerdo en que este tema da mucho que pensar.
Respecto a lo que comentas, creo que voluntad/necesidad y erotismo/soledad, siempre que implican otredad, son dicotomías inseparables.
Abrazos.
Rubén, desde mi punto de vista Bataille llevaba algo de razón en esa bipartición necesaria que distinguió, para anda contradictoria. Deseo como vida, como proyección, y la Voluntad. El deseo es de por sí intenso, un devorar al otro. Sin embargo, para ello hay que estar vivo. Quizás en la muerte nosotros seamos el objeto de deseo profundo, la fuerza intrínseca en el círculo vital.
Las religiones contra el deseo: también a mí me despierta curiosidad; los puntos que señalas los veo como parte de esa normatización, de esa eliminación del deseo. Quizás la pérdida de los límites, de la identidad, sea por lo que más abogo en este caso. Perder el control, miedo a no encontrar el camino de vuelta, si es que alguna vez lo hubo.
Creo que a Ana podría interesarle lo que comentabas.
Abrazos :)
Serra, creo que lo que comentas tiene parte de relación con lo que decía Rubén.
Creo que el deseo es un ir hacia algo; necesariamente no tiene porqué ser el ser humano. Pero para que el hombre exista veo el deseo como algo irrevocablemente unido a nuestra naturaleza, una fuerza de propulsión de la que el primer fruto ya es nuestra concepción.
(Gracias por pasarte :)
Abbracci
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