Jane Graverol, El Espíritu Santo
Más allá del color de mis sueños está mi rastro.
El color de mis sueños está en el cuerpo de una mujer.
En el secreto de las nueve puertas que conducen a la libertad de un pájaro.
Mi rastro conforma la silueta de una escalera. El cuerpo de una mujer es la escalera que lleva al color.
Más allá del color de mis sueños está mi rastro.
Mi rastro no tiene color. Es un surco en la tierra. Un surco que hendieron mis manos.
Mis manos tienen dedos.
Con los dedos creo números.
En los números codifico los nombres.
En los nombres nombro.
Soy
en los nombres.
Toco el cuerpo de una mujer con mis manos. La hago escalones. Enormes escalones para mi diminuto cuerpo. Menguo en este estado de inclinación hacia el color. Desaparezco.
Soy el cuerpo de una mujer. En el lugar de mis ojos tenía dos huecos. Ahora tengo escalones. Los escalones conducen a mi vientre. En el vientre encuentro mi rastro.
Dibujo una circunferencia con la creación de mis miembros. Me incluyo en la esfera. Debajo de mis pies no hay identificación posible.
Más acá de mi vida está la circunferencia en el trazo. Dentro del trazo se esconde el secreto del regreso. Sólo
si miro adentro
puedo ver la silueta
de un cuerpo
con las manos llenas de tierra.
14 responses to Intento de acercarse (II): Aquí estuvo, el color de mis sueños
http://vertigoaniveldelmar.blogspot.com/2009/10/viviria-en-cada-numero-de-esa-escalera.html
Portinari:
me dejas sin palabras otra vez (yo que creo ser amigo de las palabras).
Te lo he dicho varias veces pero lo repito: vas a ser una de las poetas más increíbles de este país. El mundo, que es mezquino y sólo ve las luces de neón (apenas flor de un día) tardará en reconocerte, pero eso no importa. El camino, el surco, el hueco, la tierra, ya están en ti, y de una manera tan pavorosamente intensa que sólo se te puede dar un pequeño gesto de agradecimiento y admiración que en mi caso viene mezclado con ternura, con la gran ternura que me inspira tu acercarte pequeño, tu cantar bajito y tu búsqueda de miel osezna.
Si me paro en la hierba te oigo crecer
según la estricta geometría de un verso que me gusta mucho:
"por la nervadura hasta el espíritu"
así es Portinari, de la raíz al tallo, traduciendo la herrumbre del mundo en oxígeno, para respirar otra vez, para ser otra vez.
Algún día vas a estallar y diseminarás esporas de vida por el mundo. Se habrán trazado todos los círculos y sólo quedará un espacio genesíaco intensivo: tu entrega al mundo y tus renacimientos.
Y estaremos ahí para sentirlo incluso en la baba del caracol que transita, inadvertido, bajo las hojas de acanto...
abrazo fuerte
Stalker, este es uno de los comentarios marvillosos que me has hecho desde que el blog tiene vida.
Siento que sólo puedo mostrarte las patas de osezna mediante las que me traslado por la tierra. Ofrecer esa visión como agradecimiento.
Y un abrazo fuerte, de visión ofrecida y demorada ahí.
estoy deslumbrada. no sé qué podría agregar a tu belleza hecha de manos que se hunden en la tierra y tacto que no trepida en explorar, hasta la extenuación.
tu poema es una parte de tu cuerpo, es como si te hubiera florecido dolorosamente una nueva extremidad, un nuevo órgano, habiendo dejado una de tus antiguas extremidades u órganos en el camino. porque es un poema de reivindicación y soberanía, de entrega visceral, donde toda tu experiencia está puesta en juego, en la cornisa.
hace unos días guardé en mi álbum de fotografías una foto tuya (esas escasas fotos tuyas que sé que te cuesta mostrar, porque intuís que no-estás-del-todo-ahí), en la que sonreís con el pelo revuelto y adorable.
la guardé para tenerte aún más cerca y pensé: "ella debiera ser la voz visible en este desierto, lo será, sea como sea".
sos un regalo intenso e inagotable para los que hemos tenido la dicha de encontrarte.
acabo de dejar, en estado de hipnosis, un comentario que no sé si Blogger devoró. si es así, lo repetiré hasta el fin de mis días.
Es de lo más visceral, eres tierra y el Espíritu aporrea tu puerta, tienes el estigma de Caín.
Me ha encantado.
un beso.
De esfera a esfera y tiro cuando me toca: ¿cuándo me toca?
Mariel mi foto está contigo. Yo estoy en cada ángulo que conforma esta fotografía, y ese yo te abraza porque siente que tú también estás en los detalles en los que te fijas de esa imágen, haces que se mueva, que continúe moviéndose.
Es un cuerpo. Las manos del poema tocan y "hacen" mi cuerpo. "El verbo se hizo carne" sólo si lo toco, sólo si lo toco. Lo toco, soy esa palabra. No hay manera de disociarse. Acariciar y bendecir la nueva extremidad. Aunque duela. La cima de la montaña es hermosa en el atarceder. Estás conmigo allí y te abrazo. El regalo para mí es tu presencia en esta colina. (Blogger no se tragará más comentarios, iría a removerlo hasta que los escupiera).
Tula, me has recordado un libro de Hesse, Demián, al mencionar el estigma de Caín. Qué curiosidad me despertó aquel libro, la misma que estás avivando ahora.
Gracias, Tula.
Quizás en la siguiente esfera te toca, Luna. Toca con tus manos, a ver qué ves.
"Más allá del color de mis sueños está mi rastro". Si el resto del poema desapareciera seguiría existiendo en este bello verso, eco de aquél shakespierino que reza algo como 'estamos hechos de la madera de nuestros sueños'. Portinari va más allá de la materia, más allá del color (esa extrañeza). El poema es rastro del rastro que es Portinari. Las palabras acompañan/son el 'cheminement'. En ellas podemos mirar como dentro de una circunferencia. Y ver el rastro de Portinari, "ver" a Portinari.
Un abrazo
Leonardo, no sé cómo dar gracias por tu comentario.
Podemos vernos en el rastro. Habitarlo.
Otro abrazo para ti
(bien que has vuelto del descanso estival :)
http://ysinembargo.com/uebi/2009/05/28/friki-%C2%BFparia-o-heroe-del-siglo-xxi-jon-jonenjur/
"...y eso es debido a la firmeza intacta con la que mantienen su dignidad, aferrada en todo momento a su rareza propia e individual, compartida de forma colectiva, a la que no renuncian como si de un principio se tratara."
Cuestión de principios entonces, Caín.
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