"E a alegria é uma casa demolida"

IMAGINATIO LOCORUM, Ruy Belo

Érase una vez quizás un país de campanas
de sonidos entreoídos en el pasado
constantemente renovado de quien muere cada día
y forra de mañana el interior de los ojos
pastor de escollos varios entre los limos y los nimbos

Tal vez aún haya ahora niños
o venga en el invierno a saludarnos el verano
Tal vez primeros pasos ojos limpios
escuelas juegos cosas de nuevo nuevas aún haya
Bajo los puentes del Tíber correrá quizás la misma agua

Tal vez todo quepa aún en mi tarde
lluvia en la mirada o ave núbil sobre la roja Babilonia
y suba desde los escombros la derrocada casa recorrida temprano

o nazcan en los riegos por la primavera otra vez las ranas
-¡ay! poder mojarme mis pies actuales por primera vez
Cayeron las manzanas donde nupcial algún rostro ondulaba
había mucha gente protegiéndome
y no había quizás llovido aún
Quizás pueda llorar en la periferia la orilla del mar de mi vida
quizás sea cantar el último recurso

Tal vez yo espere el mes posible entre abril y mayo
el calmo manto sobre la agitación de los hombres
la isla-oh cisne, oh isla blanca de bondad-
la hora-perla el rostro inabordable sobre penas y cansancios
la voz tan conocida y al final la prometida
contenida en una piedra blanca y siempre nueva a pesar de sin cesar la misma

Tal vez más allá de los montes haya la única ciudad
la del invierno de los pinares del viento
de los ovillos de vida además de los evidentes olivos
del definitivo fin de semana
de cada uno de los días aplastados contra la esquina más aguda
de las lágrimas de las nieblas o el mar
(al final poco más quise yo cantar en este país:
tal vez ni al mismo mar ni a unos ojos ocasionales
-todos aquellos por donde tú no vas
ni jamás puedes ir)

Tal vez nos quede una ventana sobre la madrugada
ciñendo el rostro a los gestos más distantes
Acerquémonos más: tal vez podamos ser uno solo
en un solo cuerpo una infancia común
Por la ventana el sol y el tren la campana y hasta el perro
-ninguna voz que no
sea la suya entre nosotros y la prohibida aldea
y los añadidos de Dios y el corazión de la  suspirada tarde
y el silbo anónimo perdido en el sendero
con olores y con voces y con pasos de niños
en aquella inquietud que en sí misma se complace

¿Cómo saber de mí? Yo-qué diablo-
a pesar de extranjero detrás del rostro atribuido por el tiempo
y de injertado en olivo y acebuche
tal vez aún me queden algunas tías
Tal vez reconquiste aún mi tan perdida aldea
y vaya recogiendo espárragos a lo largo del muro
señor de mí como quien conoce las horas ciertas y nota con ingenuidad
como por ser domingo las cosas que se ven son diferentes
Es tal vez ese día en que recojo los ojos
y mojo en olor de mar el más vacío dolor de mi ausencia
¿Cómo encontrarme? Es verme en ese o en otro día
debajo de la mirada de la mujer más joven
que como un manto blanco por los días se desdobla
en Patmos en esa aldea o en aquella inolvidable ciudadela
setenta veces vista blasfemada y admirada
siempre despierta y siempre poblada
donde vale la pena la puesta del sol
y la palabra es más que nunca provisional

No tenemos derecho a la alegría ni tal vez
al rumor próximo del mar distante
En las márgenes del Halis tal vez habite aún
la esperanza de que los dioses lo llenen todo
el olor del periódico la tragedia de la música en la calle
el corazón cerrado al comenzar la mañana
las tardes de noviembre el dolor de hoja en hoja
Tal vez el trigo que persiste esconda un poco de verdad
Tal vez sea de Dios nuestro tiempo

Y la alegría es una casa demolida


Ruy Belo, Trad. de Luis González Platón, "Imaginatio Locorum", El problema de la habitación, ed. Sequitur, 2009.

martes, 15 de enero de 2013

Photo: Jonah and the whale, Pamplona Bible

Jonah, Pamplona Bible, Navarre 1197. Amiens, Bibliothèque municipale, ms. 108, fol. 146r .