«Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman. Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas. No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas. Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego. Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR. Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR. Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto.
[...]
Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana. Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros. »
Éxodo 12:7-14 / 12:22-24
Biblia de las Américas
2 responses to El afianzamiento de las cosas
Vaya pasaje más oscuro. Buenas fotos
Oscuridades que no pueden desentrañarse.
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