BROOKLYN BRIDGE




Mano que tocas la vida

Brooklyn bridge, New York, July 2010

Esta
La Voluntad necesaria

2010

Para dispararme

New York

Parir estos muertos que me arrastran
los vestidos

July

Defomar la vida
Perder
Consciencia
Y Cuerpo

Brooklyn Bridge

Este deseo y mano

:

Tocar
La escalera
Al fin.


Para Mariel

jueves, 23 de diciembre de 2010 6 Comentarios

Canto al mundo que sepa recoger mi cuerpo

Me visto despacio en un día de luces.
Sucedo mis movimientos como acontecimientos impares.
Paseo hebras de colores por mi piel cuarteada por formas sonrientes.


Vendrás y recogeré tu cuerpo entre mis miles de maneras de caer. Los modos de caer en la vida
que
sucedieron mis movimientos acolchados en este final.

Vendrás y te vestiré con las luces y las voces del mundo.
Descubriré las formas de mis dedos mientras te coloreo a gusto de otro tiempo, inexistente.

Vendrás cuando llegues.
Te recibiré
desnuda:
mi único modo de estar
imprevisible
ante lo que eras conmigo.


Canto a un mundo que sepa recoger las trizas de mi cuerpo.
No volaré

si no son cenizas

plateadas
mi cabello
dentro de tus manos
que aletean desesperadas
por mantener el pulso
frágil

en movimiento.


Dentro de esa fragilidad encuentro tu ser aquí. Alargar el instante en que, cuadrúpeda, la mano se extiende por el muslo, y baja a lo largo de un hueso, besando sin pasar, la rodilla; y alcanza al fin la punta de los pies, unos pies, mis pies, dibujantes del contorno de mis manos.

Alargo el instante de tu llegada como alargo mi cuerpo sobre mi cuerpo. El deseo
inocuo de vivirlo. Que la voz que canta el mundo te traiga de vuelta.
Inútilmente, una montaña, cubierta de nieve, habla los idiomas que confunden a los hombres en la tierra. Sólo uno, la pasión, la hace inamovible.


Ir hacia ti a partir del movimiento desencadenado
de vestirse.
Estar en ti
desde la curiosidad que implica un viaje a través del cuerpo.
Y en el descenso a lo incomprensible,
dime,
si
este no fue
el mejor modo

de equivocarse.


miércoles, 24 de noviembre de 2010 15 Comentarios

Oda a la vida amorfa; lo que me dice deshaciéndome

Ascensión de una escalera
:





Mark Rothko, Negro y gris




Helen Frankenthaler




J. Pollock





B. Newman, (1952)





H. Frankenthaler





Gottlieb





J. Mitchell





A. Dürer, Wing of a roller (1512)


lunes, 1 de noviembre de 2010 4 Comentarios

ASCENSIÓN








*
*

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**

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Edvard Munch,
Madonna



Wim Mertens, The S-song

lunes, 11 de octubre de 2010 9 Comentarios

Los nueve dedos de las manos


Untitled, Claude Cahun













Remembrance, Maya Angelou
Your hands easy
weight, teasing the bees
hived in my hair, your smile at the
slope of my cheek. On the
occasion, you press
above me, glowing, spouting
readiness, mystery rapes
my reason

When you have withdrawn
your self and the magic, when
only the smell of your
love lingers between
my breasts, then, only
then, can I greedily consume
your presence.

miércoles, 29 de septiembre de 2010 8 Comentarios

Yo oculto





Kazimir Malevich, Plane in Rotation, called Black Circle, 1915




Después de ciega:


"Las puertas de La nueva ciudad están abiertas para ti"

Abre los ojos. Rompiste
los párpados al intentarlo.
Sabes que, a
Partir
de ahora no
Volverás
a parpadear.

Todo será La nueva ciudad.
Invertida

en el secreto
poderoso
de los números que se siguen en las líneas
curvas
que matan las rectas de los cuerpos.

Seremos esas serpientes
haremos música con las gargantas que circulan por nuestras articulaciones
constelando
cada silencio en el arma secreta de nuestras pieles.

Pronto dejaremos de concebir
Hijos.

Nuestros ojos se
secarán

serán
elevados los Nuestros
al lugar donde

/

No habrá
nadie

sólo nos quedarán
los lugares vacíos
de un paraíso remoto

Seremos
felices:




lunes, 20 de septiembre de 2010 11 Comentarios

Intento de acercarse (II): Aquí estuvo, el color de mis sueños


Jane Graverol, El Espíritu Santo




Más allá del color de mis sueños está mi rastro.
El color de mis sueños está en el cuerpo de una mujer.
En el secreto de las nueve puertas que conducen a la libertad de un pájaro.

Mi rastro conforma la silueta de una escalera. El cuerpo de una mujer es la escalera que lleva al color.
Más allá del color de mis sueños está mi rastro.
Mi rastro no tiene color. Es un surco en la tierra. Un surco que hendieron mis manos.
Mis manos tienen dedos.
Con los dedos creo números.
En los números codifico los nombres.
En los nombres nombro.
Soy
en los nombres.

Toco el cuerpo de una mujer con mis manos. La hago escalones. Enormes escalones para mi diminuto cuerpo. Menguo en este estado de inclinación hacia el color. Desaparezco.

Soy el cuerpo de una mujer. En el lugar de mis ojos tenía dos huecos. Ahora tengo escalones. Los escalones conducen a mi vientre. En el vientre encuentro mi rastro.

Dibujo una circunferencia con la creación de mis miembros. Me incluyo en la esfera. Debajo de mis pies no hay identificación posible.

Más acá de mi vida está la circunferencia en el trazo. Dentro del trazo se esconde el secreto del regreso. Sólo
si miro adentro
puedo ver la silueta
de un cuerpo

con las manos llenas de tierra.

miércoles, 25 de agosto de 2010 14 Comentarios

Intento de acercarse





Mark Rothko,
Azul, verde, marrón





A uno mismo.
Por dentro

Una cadena de enlaces
Al caminar con las manos
Todo puede
contarse con los dedos.

Prescindir del número
ser la pintura
ser el color
ser la textura

viernes, 20 de agosto de 2010 8 Comentarios

La Luz y Das Ende der Liebe

"Hable con Ingeborg toda la tarde

(que no fue de tiempo)
sin acentos.

Tan en silencio

no la oia.

habia unas lineas por las que sus manos
me inclinaban a pasar.

Cerre una lagrima sobre el ojal.

Cree un punto.

De aquella division
cree
la sombra

de un simbolo.

la Luna fue desde entonces una constelacion mas en el espacio.

Y descubri que El Mundo habia nacido
del sudor
de un hombre
y el polvo cosmico de una palabra."

Con algunos cambios, esto escribía en mi viaje; ahora desde aquí lo recuerdo, un poco pensando dónde estaba yo cuando cerraba ese punto apretando fuerte un puño invisible delante de mi cara, viendo la transparencia del rostro de Ingeborg en un libro bilingüe de sus poemas. (Bilingüe, pero sin mi lengua.)
Hubo hasta cerca de IV Das Ende der Liebe; sólo pude alumbrar uno porque todo eran desiertos horizontales. Era imposible encontrar el eje de aquella materia, porque era como si la materia tendiera a la gravedad violenta, o como si hubiera olvidado en otro lugar su esencia y compuestos.

Así, nos arrastramos como el agua por un oasis. Un Oasis salvaje; intermitente. Nos arrastramos todas mis yo en dirección a una línea. Habitamos muchos puntos, algunas veces, cada una vivía en uno distinto y hacía más frío que habitualmente en el horizonte. Nos arrastramos porque no podíamos flotar, como descubrimos en la inercia de nuestros cuerpos después de la inundación.
Sólo había una línea y era habitable. Vi un eterno amanecer boca arriba, y al revés, era un crepúsculo infinito. Se pudieron ver algunas estrellas. Pero por la noche no se veía nada. Sólo podíamos ser en el tacto con los puntos, conformar con nosotras mismas aquella línea.
Arrastrarnos a través de nosotras mismas. Y después llegó el gran diluvio y la carrera por la verticalidad. Toda piel se irguió olvidando el sujeto y la sujección, que iban tan juntos que parecían lo mismo. Y sólo se quedó como Una lo demás flotando. Y también se descubrió que se podía respirar, y que al cuerpo lo dejaban vivir y sostener a la Otra.

Hubo hasta IV Das Ende der Liebe; uno de pensamiento, otro de silencio, otro de sangre; pero no pude decir más que uno de sudor, porque no había llegado, todavía. Fui un Oasis, una línea, y nos arrastramos todas juntas a través de nosotras mismas. Después de eso flotamos, y nos sorprendimos como una sola.
Sin embargo sí hubo uno, porque descubrí el flotamiento; y que el mundo entraba en una sola gota, en una sola gota del sudor de cualquier hombre.


Portinari, 20, 20 y 28 de Agosto: Das Ende der Liebe I, II,III, Ingeborg Bachmann

Portinari, 8 de Agosto

http://www.youtube.com/watch?v=BYQGgl-quVg

domingo, 8 de agosto de 2010 10 Comentarios

Alucinación I



Enzo Cucchi

Una muerte. Qué instante. Pensar, pensar en un hueco, en una perforación de la mente por para y el cerebro extinto (¿de dónde?). Aquí las rosas olían a muerto, a nicho relleno de tierra.
Qué silencio. Siempre acudí a los mismos sitios para buscarme. Nunca conseguí encontrarme, y quería, deseaba, fugarme de aquel circo.
¿Por qué nunca lo hice?
Yo me sentía como un apartado de mi propio cuerpo y ser.
El ser, dijeron, nunca fue lo mismo que el cuerpo. Entonces, entonces, dime tú, que todo lo sabes, ¿por qué duele cuando me tocas? da igual: aquí, allí. Todo era yo y mis prolongaciones.
Qué línea.
Infantil, infantil te acabas, qué oscura, qué niña. ¡Sonríe! Explota.
Todo este imperativo era un fin en sí mismo. No podías buscar una causa externa, sólo acostarte larga cuán eras en la prolongación que era esa esquela.
Qué longitud.
Acostada en ese camino una mujer extraña vino a buscarme. Creí que era un hombre y quise levantarme, pero, para cuando me planteé el intento, ya me había alcanzado. En un lugar me ataba las muñecas con sus manos. Aquí miraba, sólo miraba; y todo era tan inofensivo...
Se fue y aquel lugar se convirtió en un desierto. Los problemas de habitar en alguien, los problemas de existir; los huecos.
Aquello estaba todo formado por líneas y colores que se movían por el espacio. Era aquello el vacío. ¿Era aquello el vacío? ¡Qué sorpresa! al fin había llegado. Pero todo aquello yo ya lo conocía. Alcé una mano y así el aire. No había aire. No había mano. El horror al reconocer, al darse cuenta de que no había nada, nada excepto yo, y que aquel dolor agudo era la evidencia de una existencia tan desconocida, tanto, que era yo, yo era aquello.
Y aquello se volvía contra mí y ma bailaba en las cuencas de los ojos, si las hubiere, aquello me galopaba por la piel desbocado como una caricia y esa sensación turbadora. Aquello me arrancaba los dientes, me besaba la frente, me adelantaba con recuerdos de una muñeca, de una mujer, de un desierto blanco, blanco, como la piel que nunca tuve. Aquello me perseguía por cada hebra de cabello, por cada silueta que imaginé para condecorarme como perfecta. En cada desnudez, en cada cronopio atemporal, en cada magnánima imagen de gemidos; en los árboles que acaricié como consuelo. Aquello me tomó de las manos, que no eran, me tomó tan fuerte que comencé a creer en nuestra existencia. Y aquello abrió una enorme boca de muerto, una enorme boca inerte, y comenzó a devorar todos los colores que me vestían, comenzó a violar aquel espacio sólo con su movimiento. Aquello retozó en cada ensoñación de un sujeto cualquiera, cualquiera. Cuando engulló la vida, golpée una luz, para que vinieran a buscarme. Y entonces, vi que era yo. Que yo estaba, al menos, en la dicción. Y vi un camino, y vi una luz de mediodía reflejada en un coche, y vi el color del vehículo, y vi a las personas que me guiaban, y vi mis intentos, y vi los árboles, y vi, vi, vi cómo todo pasaba de largo por el camino de arena.

Alucinación I, Portinari





Salvador Dalí

jueves, 10 de junio de 2010 8 Comentarios

Etoile Polaire



[...]
He holds him with his glittering eye--
The Wedding-Guest stood still,
And listens like a three years' child:
The Mariner hath his will.
[...]

S. T. Coleridge, The rime of the Ancient Mariner




Lo toma con su ojo refulgente--
El Invitado a la boda se detuvo
Y, como un niño de tres años, escucha:
El Marinero tiene su voluntad.









La ciudad, 1903, A. Strindberg



jueves, 3 de junio de 2010 8 Comentarios

Dirección


No existen finales, sólo recorridos.















Viento del mar, Andrew Wyeth






Trek to the cave-Michael Nyman, Ravenous soundtrack

miércoles, 26 de mayo de 2010 7 Comentarios


Éramos y no
a la vez.

En las
horadaciones
podíamos descubrirnos.

Quizás la cuestión de
Romper~se
estaba en encontrar los espacios
habitables.











Kasimir Malevich
Black Square on a White Ground 1914 - 1915

sábado, 1 de mayo de 2010 29 Comentarios

Paura (de no encontrarte)

AUTORETRAT AMB MAR

És aquell nen callat que juga sol.
S’està darrere d’aquests ulls de vell,
resisteix l’envestida del migdia
escoltant els confusos versicles de les ones
i els crits dels cossos nus i rovellats
entrant en l’aigua freda i transparent
de la platja de còdols. Té vergonya,
va d’un a l’altre amagatall dels contes.

Dorm dintre meu, perduda criatura:
dorm dintre meu en una nit de reis
on volen en silenci les escombres

i els llops deixen petjades en la neu.
A fora el cel s’emplena d’albercocs
i el mar blau fosc de prunes es desfà
damunt dels negres ganivets de roques.

Aquest estiu d’alcohol gelat als ulls
sento la meva vida negra i groga
com la polpa d’un fruit que es va podrint
al voltant del pinyol de la memòria.
Amaga’t dintre meu, perduda criatura.
Dins de mi, protegida del migdia,
recita la rondalla del nen gris
i de la miserable bicicleta
que munta el trist ciclista del suburbi.
T’està buscant i ja és a prop d’aquí.

Joan Margarit




AUTORRETRATO CON MAR

És el niño callado que jugaba solo.
Permanece detrás de estos ojos de viejo,
resiste la embestida brutal del mediodía
oyendo los confusos versículos del mar
y el grito de los cuerpos desnudos y oxidados
al entrar en las aguas transparentes y frías
de la playa de piedras. Avergonzado, corre
de un escondite a otro de los cuentos.

Duerme dentro de mí, perdida criatura:
duerme dentro de mí en una noche de reyes
donde en silencio vuelan las escobas
y los lobos dejaron sus huellas en la nieve.
Afuera brilla un cielo lleno de albaricoques,
y el mar azul oscuro de ciruelas
se deshace en los negros cuchillos de las rocas.

Este verano de alcohol frío en los ojos
siento mi vida como la amarilla,
negra pulpa de un fruto que se pudre
alrededor del hueso del recuerdo.
Dentro de mí ocúltate, perdida criatura.
Dentro de mi protégete del mediodía,
recita la rondalla del niño gris
y de la miserable bicicleta
montada por el triste ciclista del suburbio.
Te busca y está ya cerca de aquí.

Joan Margarit





http://www.joanmargarit.com/cast/poemes.htm

sábado, 17 de abril de 2010 8 Comentarios

VOLUNTAD Y NECESIDAD (I)


Gouache, F. KUPKA







"[...] En tercer término, la voluntad no es sólo un complejo de sentir y pensar, sino sobre todo, además, un
afecto. [...]"

F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal




"[...] Digo esto porque el erotismo es, en sí mismo, deseo; un disparo hacia un más allá. [...] es ante todo
sed de otredad."

O. Paz, La llama doble, amor y erotismo

sábado, 10 de abril de 2010 12 Comentarios

Necesidad y Manchezza

Mares árticos-Vicente Huidobro



Los mares árticos

*******************colgados del ocaso

Entre las nubes se quema un pájaro

Día a día
***********Las plumas iban cayendo
Sobre las tejas de todos los tejados

Quién ha desenrrollado el arco iris

**************************Ya no hay descanso

***************Blando de alas

Era mi lecho

Sobre los mares árticos
Busco la alondra que voló de mi pecho

domingo, 14 de marzo de 2010 24 Comentarios

La determinación





















Pierre Puvis Chavannes,
Le pauvre pécheur, 1881





1
De


2
ter









3
mi


|


























1'

na
























2'

ción







3'

sábado, 6 de marzo de 2010 14 Comentarios

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Photo: Jonah and the whale, Pamplona Bible

Jonah, Pamplona Bible, Navarre 1197. Amiens, Bibliothèque municipale, ms. 108, fol. 146r .